martes, 10 de noviembre de 2020

Una pequeña victoria más.

Hemos firmado un alquiler por dos años más, la cosa estaba difícil, la vivienda es de Limara, Blackstone y desde marzo del año 2019 acosaban telefónicamente a nuestra compañera que pagaba religiosamente su alquiler. 

De repente en junio le bloquearon la cuenta de pago por lo que le era imposible pagar. Vive sola con su hijo, pero el fondo notificaba a su exmarido así que ella no se enteraba de nada. 

Fuimos a por la ampliación de ese contrato, pero no estaban dispuestos a ello, ofrecían como suelen hacer siempre, vendérsela, cosa difícil dadas las circunstancias de la compañera, su precariedad. Nuestra respuesta fue clara No, que ella no se iba de casa ni ahora ni en junio que es cuando se le cumplía el contrato. 

La compañera llego el año pasado, estaba muy triste, las cosas no le iban bien vivía con mucha angustia. Le informamos de que tiene a su disposición un equipo de psicólogas.

Cumplida la fecha del contrato del alquiler del piso el fondo no la quiere dejar en casa bajo ningún concepto y menos con el mismo alquiler, busca una cuota de 400 euros, la cual es imposible de asumir ahora. 

Se consiguió una prórroga de un año con el alquiler actual, y después tendría que irse. Seguiremos negociando ya quedó claro que no se le va a echar de la que fue en principio su legitima casa y ahora sigue siéndolo, aunque sea de alquiler.

A la terminación de la prórroga, se siguió negociando, hemos conseguido dos años más de tranquilidad en septiembre de 2020. Y seguiremos peleando para que nuestra compañera siga viviendo en su hogar.



CONCENTRACIÓN CHOQUE SOCIAL 7N

Este sábado nos reunimos plataformas que defendemos lo publico en la plaza de la Concordia y  desde,
hemos ido perdiendo los servicios más básicos en beneficio de lo privado. Una crisis sanitaria por el COVID ha destapado todas las carencias que llevamos años padeciendo..

  


Manifestamos que:

La actual crisis socioeconómica en el contexto de la pandemia COVID 19 evidencia y acelera los procesos de crisis del sistema neoliberal capitalista.

Una crisis social afirmada en el aumento y extensión de condiciones sociales negativas; pobreza, desigualdad, injusticia, desempleo, desahucios y trastornos psicológicos asociados para cada vez mayores capas de población. 

Lo que supone de hecho, para un porcentaje de población cada vez mayor, perteneciente a las clases populares, la ruptura del consenso establecida acerca de la posibilidad de alcanzar la plena igualdad de derechos y la justicia social dentro del actual sistema económico y político. 

Una crisis política; de la democracia y de legitimidad de las instituciones del Estado y económica, crisis de la economía del mercado de trabajo y de la sociedad de consumo. Crisis de cuidados, Crisis de las relaciones y equilibrios rural-urbano, desequilibrios territoriales. 

Una crisis ecológica: climática, de biodiversidad. Estamos inmersos en la sexta extinción masiva, esta vez causada por las actividades humanas, al igual que un cambio climático que pone en riesgo el equilibrio biofísico de nuestra era geológica, y que complica la propia capacidad de albergar vida en cada vez más localizaciones del planeta, abocando a las futuras generaciones a habitar en un planeta cada vez más hostil e inhóspito.

Crisis en materia de vivienda, la cual no es considerada como un bien básico si no especulativo. Esperar que se genere una cadena de solidaridad por parte de los especuladores está condenado al fracaso. SUSPENDER EL PAGO DE ALQUILERES, HIPOTECAS Y SUMINISTROS BÁSICOS Y PARALIZACIÓN DE TODOS LOS DESAHUCIOS son medidas necesarias para que esta crisis sanitaria no provoque que más familias pierdan su hogar. La suspensión temporal solo aplaza lo inevitable. El aplazamiento del cobro para la banca hace que de nuevo no asuman ningún coste. Exigimos la exoneración de los pagos mientras dure esta situación. Para paliar el efecto de la crisis a medio plazo se debe constituir un parque público de vivienda suficiente.

En el mismo sentido, hay que garantizar el acceso a todos los suministros básicos (agua, luz, gas y telecomunicaciones), con una expresa prohibición de corte en todo el ámbito doméstico, que las grandes empresas asuman el coste con sus beneficios millonarios. Estos servicios esenciales para la vida deben ser gestionados de forma pública y democrática.

Para cumplir con los Dictámenes del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, es también necesario alargar la paralización de todos los desahucios sin alternativa habitacional más allá de la duración estricta del estado de alarma, dado que sus efectos se verán en los próximos meses. Para paliar el efecto de la crisis a medio plazo se debe constituir un parque público de vivienda suficiente.

Esos procesos no hacen más que ahondar en el sufrimiento y empobrecimiento de las clases populares, así como en el deterioro de sus condiciones de vida y sus esperanzas de futuro.

El sistema cada vez es más incapaz de satisfacer, de manera digna y suficiente las necesidades básicas de la mayor parte de la población. Las clases populares no están dispuestas a seguir “pagando” las crisis del sistema.

Las propuestas de salida de estas crisis que se están impulsando desde las instancias del poder político y económico participadas por los partidos políticos, sindicatos y organizaciones del Régimen significan “más de lo mismo”. Es decir, amplían el alcance de las políticas, las medidas sociales y económicas que nos condujeron hasta aquí, implementando cambios de forma meramente superficial, sin una cambio que permita la superación de esos graves conflictos que afectan a un porcentaje cada vez mayor de la población.

Estamos convencidas de que otro afrontamiento es posible y de que otro futuro, basado en la justicia social, la democracia y el pleno desarrollo de las libertades desde un punto de vista colectivo, es posible.


“Desde el Plan de Choque Social buscamos tanto introducir en la agenda de las políticas públicas medidas de urgencia para atajar la crisis desde la justicia social, como apostar, de manera consciente, por una salida popular a una crisis socioeconómica que ya se predice será más dura que la anterior. Y todo ello actuando desde la solidaridad, la organización colectiva y la movilización”.